Cristiano
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Oración de la mañana

Gracias, Adonai, por el nuevo día. Gracias por tus promesas y protección. Comienzo este día con mi corazón lleno de alegría, sabiendo que estás junto a mí. Nada puede separarme de tu amor y perdón. Has preparado una mesa para mí y todo lo que necesito hacer es descansar en tu paz. Cada día es un nuevo comienzo. Te comento todas mis preocupaciones y problemas. Eres el creador del Universo y, sin embargo, me llamas tu hijo y me cuidas tanto que incluso has contado todos los pelos de mi cabeza. Gracias por tu gracia y por permitirme acompañarte en este nuevo día.

Oración del mediodía

Gracias, Elohim, por ser mi pastor. Me haces descansar en verdes pastos. Me conduces junto a aguas mansas. Tú restauras mi alma y mi cuerpo. Cada día, cada minuto, cada segundo. Me acompañas por el valle y te aseguras de que esté sano y salvo. Amén.

Oración de antes de acostarse

Adonai, gracias por disponer que me acueste con el corazón lleno de paz y que mi sueño sea refrescante y relajante. Cuida a los que amo. Tú eres el que ni se adormece ni duerme. Me entrego en tus manos amorosas. Regálame una noche de descanso. Deja que mi cuerpo se fortalezca, a medida que van surgiendo efecto los procesos de curación que has iniciado en mi cuerpo. Que pueda así despertar renovado, lleno de alegría y de la paz que esparces sobre todos tus hijos.

Sagrada Comunión

Gracias, Jesús, por tu cuerpo. Te dejas golpear y torturar para que yo pueda estar completo de nuevo. Te quedaste todas y cada una de las enfermedades y afecciones en tu cuerpo porque quieres que yo esté sano tanto mental como corporalmente. Todas mis ansiedades, preocupaciones y depresiones se han ido porque mi mente se está renovando. Todos mis dolores e incomodidades físicas se han ido porque mi cuerpo se está renovando. Célula a célula, pensamiento a pensamiento, segundo a segundo. Gracias por tu curación.

Y gracias, Jesús, por tu sangre y por el nuevo pacto que vino con ella. Pagaste el precio final por todos mis pecados y me hiciste libre porque me amas mucho. Conoces todos mis pensamientos; tanto presentes como pasados y futuros y, aun así, me amas y me llamas tu hijo. No hay nada que yo pudiera o pueda hacer para merecer este amor. Gracias por estar conmigo y gracias por el mayor regalo de todos: tu gracia.